martes, 24 de marzo de 2015

TEA-UNIVERSITARIOS




El pasado día 7 de Marzo, se desarrolló una jornada de formación para el amor y la vida dirigida a universitarios en la Residencia Madre Riquelme de Granada. La convocatoria estaba hecha desde la Delegación de Pastoral Universitaria de la Diócesis de Granada y la impartía el equipo formativo del Proyecto TEA.
En esta ocasión nos centramos en una temática de rabiosa actualidad, “Ser varón y ser mujer, semejanzas y diferencias”. Para ello nos basamos en la antropología Adecuada que nos presenta la Teología del Cuerpo de S. Juan Pablo II, donde, partiendo del regalo de la Creación y descubriendo que el hombre ha sido creado a imagen y semejanza del creador, y podemos mirarle con una novedad constante. 
En esta nuestra sociedad se está imponiendo una mentalidad de la igualdad que no conlleva un beneficio expreso para el ser humano, sino que busca en aspectos concretos anular las diferencias para con ello “crear unas pseudo-igualdades”. La ideología de género, el pansexualismo y distintas corrientes ideológicas quieren hacer su agosto con la negación de aquello que naturalmente nos diferencia y nos enriquece, pues nos complementa. 
A través de diferentes dinámicas, cortos, videos, bailes y juegos fuimos planteando la temática, añadiendo datos estadísticos y opiniones de diferentes sectores para contrastarlos con la propuesta de nuestra antropología adecuada.
Partimos del análisis de muchas realidades que son semejantes pero tienen sus diferencias que les hacen validos igualmente, y desde ellas, pasamos a centrarnos en la persona humana: el hombre, tomando conciencia de la necesidad de partir de una antropología adecuada desde la fe, para poder mirar, interpretar, acoger y ofrecer respuestas.
Valoramos cómo cada sexo, masculino y femenino, tiene una forma diferente de percibir la realidad, con lo cual, la respuesta a esa realidad es también diferente, provocando una expresión, comportamiento, actuación,… propios  por naturaleza, no algo que se elige hoy y mañana poder elegir lo contrario.
Estas diferencias connaturales, por ser varón o mujer, no nos han de enfrentar sino que hemos de reconocerlas como aquello que me enriquece desde el otro y con lo que juntos vamos creciendo en nuestro ser personas.
Concluimos con una pequeña evaluación en la que nos alegró leer las opiniones de los participantes donde reflejaban su ratificación en lo presentado y su deseo de conocer y tratar otros temas como la educación, la necesidad del amor, el sentido de la vida.
Agradeciéndoles a cada uno de los participantes su sinceridad concluimos la jornada con una comida compartida. ¡¡¡ Riquísimas las migas!!!


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