El
pasado día 7 de Marzo, se desarrolló una jornada de formación para el amor y la
vida dirigida a universitarios en la Residencia Madre
Riquelme de Granada. La convocatoria estaba hecha desde la Delegación de Pastoral
Universitaria de la Diócesis de Granada y la impartía el equipo formativo del
Proyecto TEA.
En
esta ocasión nos centramos en una temática de rabiosa actualidad, “Ser varón y
ser mujer, semejanzas y diferencias”. Para ello nos basamos en la antropología
Adecuada que nos presenta la Teología del Cuerpo de S. Juan Pablo II, donde,
partiendo del regalo de la Creación y descubriendo que el hombre ha sido creado
a imagen y semejanza del creador, y podemos mirarle con una
novedad constante.
En
esta nuestra sociedad se está imponiendo una mentalidad de la igualdad que no
conlleva un beneficio expreso para el ser humano, sino que busca en aspectos
concretos anular las diferencias para con ello “crear unas pseudo-igualdades”.
La ideología de género, el pansexualismo y distintas corrientes ideológicas
quieren hacer su agosto con la negación de aquello que naturalmente nos
diferencia y nos enriquece, pues nos complementa.
A
través de diferentes dinámicas, cortos, videos, bailes y juegos fuimos
planteando la temática, añadiendo datos estadísticos y opiniones de diferentes
sectores para contrastarlos con la propuesta de nuestra antropología adecuada.
Partimos
del análisis de muchas realidades que son semejantes pero tienen sus
diferencias que les hacen validos igualmente, y desde ellas, pasamos a
centrarnos en la persona humana: el hombre, tomando conciencia de la necesidad
de partir de una antropología adecuada desde la fe, para poder mirar,
interpretar, acoger y ofrecer respuestas.
Valoramos
cómo cada sexo, masculino y femenino, tiene una forma diferente de percibir la
realidad, con lo cual, la respuesta a esa realidad es también diferente,
provocando una expresión, comportamiento, actuación,… propios por naturaleza, no algo que se elige hoy y
mañana poder elegir lo contrario.
Estas
diferencias connaturales, por ser varón o mujer, no nos han de enfrentar sino
que hemos de reconocerlas como aquello que me enriquece desde el otro y con lo
que juntos vamos creciendo en nuestro ser personas.
Concluimos
con una pequeña evaluación en la que nos alegró leer las opiniones de los
participantes donde reflejaban su ratificación en lo presentado y su deseo de
conocer y tratar otros temas como la educación, la necesidad del amor, el
sentido de la vida.
Agradeciéndoles
a cada uno de los participantes su sinceridad concluimos la jornada con una
comida compartida. ¡¡¡ Riquísimas las migas!!!
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