viernes, 11 de marzo de 2016

Eres Hijo de Dios

Nada hay tan hermoso, tan grande, tan conmovedor como la eclosión de una vida. Misterio que nos fascina, nos desconcierta, no nos cabe en la cabeza, nos deja estupefactos, nos maravilla. ¡Ojala nunca, nunca jamás nos habituemos a ello! Sondeemos en cambio cada vez más su inmensidad y su majestad. Sólo Dios podía inventarlo. Quisiera que tu cuerpo te hiciera sentirte loco de alegría. Cuídalo. No lo fuerces. No lo violentes. Acéptalo tal y como se te ha confiado. Con sus límites, sus inconvenientes, sus debilidades. Y cuando te haga sufrir, cuando no responda a lo que tú esperas de él, sigue bendiciendo al Señor por ese hermano: tu cuerpo.

Acéptate tal y como Dios te ha hecho. Siéntete contento de tu cara. No sueñes con otra. Sea cual sea, debe parecerte hermosa. Contento con el color de tus ojos y de tus cabellos. Contento con tu estatura. Contento de ser hombre o mujer. ¡Qué drama para muchos seres no aceptar ni su cara ni su sexo! ¡Qué difícil es ser feliz con lo que Dios nos ha dado! Siéntete contento del medio en que vives. Es como una prolongación de tu cuerpo: tu familia, tu ambiente, tu ciudad o tu pueblo, tu país, tu época, por muy desconcertantes que sean. ¿Das algunas veces las gracias a Dios por vivir aquí y hoy? Es mi sueño ayudarte a curar tus heridas, a gozar tu cuerpo, a expresar tu amor, a forjar la vida, a inventar el porvenir, a crear belleza.

Quisiera decir a cada uno: eres mucho más bello, más bello de lo que piensas. Mucho más amado (a) de lo que te imaginas. Mucho más capaz de amar y de vivir de lo que crees.





Eres UNICO, ORIGINAL, IRREPETIBLE, 
¡¡ eres HIJO de DIOS !!


Equipo TEA

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