domingo, 2 de noviembre de 2014

LISO O "ARRUGAO"



Me contaron una vez esta historia;

“Había un hijo tenía un carácter muy impulsivo, que por nada ya estaba montando en cólera contra quien fuera y por lo que fuera. También era verdad que la mayor parte de las veces, después de un episodio de éstos, se sentía avergonzado y buscaba consolar a quien había hecho daño. Un día su padre le llamó y entregó un papel liso y le dijo: ¡haz una bola con él!  El joven la hizo y su padre le pidió que la dejase ahora como estaba al principio, liso. Claro el chico no pudo.

Su padre le enseñó que el corazón de las personas es como el papel. La impresión que dejamos en el corazón es difícil de borrar como las arrugas del papel.

Por el impulso no controlamos el odio, el rencor, la violencia  y, cuando esto ocurre, nos sentimos que no podemos dar marcha atrás. Por ello has de aprender a ser más comprensivo, paciente”.

Es una historia, pero cuanto de realidad tiene ¿verdad?

Pues sí, así somos, nos creemos que lo controlamos todo y nuestros impulsos nos hacen descontrolarnos. Cuando vives solo por el impulso que te impera actúas como un luchador que se defiende, sin pensar en nada ni en nadie, nada más que salir vencedor a pesar de los daños que puedas hacer, pero después tienes  que mirar y vivir en el campo de batalla que has propiciado,  y eso siempre duele.

Si te parases un momento y descubrieras que los impulsos no es lo mejor que hay dentro de ti, seguro que los podrías controlar, es ahora cuando lo puedes y tienes que hacer, así cuando te descubras dueño de tus actos y sus consecuencias será porque hay madurez en tu persona. Por eso recuerda, que la persona madura es comprensiva, paciente, generosa, afable, servicial...



Equipo Tea

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